Por María Cobos
La dirección en cine no es distinta a otras profesiones. También existe el llamado techo de cristal, el acceso a los puestos de poder y decisión sigue estando vetado a las mujeres. Además esta profesión tiene unas características que dificultan que las mujeres quieran dedicarse a ella.
Por un lado, las dificultades de conciliación de la vida laboral y familiar. Es una profesión en el que la conciliación es objetivamente difícil; además, del añadido, de toda la mitología de la enorme dificultad que tiene ser director de cine. Y cuando las mujeres eligen una profesión normalmente tienden a no elegir aquellas profesiones que las obliguen a sacrificar sus vidas privadas. Además, el acceso a la dirección en cine se suele hacer en la treintena, y las mujeres accedemos más tarde que los hombres, con lo cual, las mujeres podemos dirigir nuestra primera película con treinta y bastantes años de media, en el momento en que las mujeres están teniendo hijos.
Por otro lado, es una profesión que precisa unas características de confianza en uno mismo y de liderazgo ya que tampoco esta sociedad las facilita en la educación de las mujeres y en los mensajes que recibimos. En los hombres estas capacidades están más desarrolladas y potenciadas.
Por último, es una profesión que exige una preparación muy técnica, el lenguaje audiovisual es complejo y cuando se exige un lenguaje con cierta complejidad, las mujeres quedan excluidas de esas profesiones. leer más>
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