por Soledad Gallego-Díaz 27/01/2008
Hillary Clinton es una mujer. ¿Y qué? ¿Cuál es el problema? ¿Va a resultar que, como ha escrito Gloria Steinem en un polémico artículo que circula desde hace días por los centros feministas de medio mundo, el hecho de ser mujer constituye un factor de división en la sociedad americana, mientras que el hecho de ser negro, como Barack Obama, es un factor que favorece la unión nacional? ¿Es un factor de intolerable división que Clinton pida el voto a las mujeres estadounidenses y no lo es que Obama se lo pida a los afroamericanos? ¿No resulta sospechoso que exista tan poco debate sobre la posibilidad de que la candidatura de Hillary Clinton esté avivando prejuicios sexistas muy enraizados en la sociedad teóricamente más avanzada del mundo?, ¿no resultan llamativos los sondeos según los cuales el 72% de los hombres norteamericanos aceptaría un presidente negro y sólo un 64% una presidenta mujer? Claro que en la misma encuesta un 35% de mujeres se mostraba también contraria a ver a una mujer en la Casa Blanca. Para que luego digan que Hillary Clinton cuenta con el voto femenino. Quizá de momento cuenta con el voto feminista, que no es exactamente lo mismo. leer más>
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