Por Carolina Ruz
Quisiera contar mi experiencia personal en torno a mi regreso a Chile, con dos niños pequeños en los brazos. Antes que nada no me considero una caso de asistencia social, aunque a veces si necesito un apoyo mas allá de mis fronteras doméstica que me recuerde que el papel de socialización que realizo cada día, lo han realizado miles de otras mujeres en la historias de este siglo. Y que al igual como tantas otras mujeres reflejo una condición de la división social del trabajo (separación entre mundo privado y mundo público)
Porque una de las cosas que me ha pasado es que no tengo tiempo y a estas alturas pareciera asumir el concepto de tiempo que tiene el sistema capitalista, es decir que el tiempo dedicado a la maternidad es tiempo perdido en el mercado productivo. Que lo asuma no quiere decir que estoy de acuerdo con esto. El tiempo dedicado al cuidado de mis hijos me deja un margen estrecho al final del día que no alcanza a ser utilizado en mis intereses (leer una novela, estudiar, escribir o entrar a las páginas de Internet que me interesan), pero que sin embargo es un tiempo que considero importantísimo.
Si las madres pudiéramos entrar en las estadísticas sobre el uso del tiempo al igual como entramos en las estadísticas sobre participación en la fuerza de trabajo, (las encuestas de uso de tiempo son una herramienta eficaz para medir pobreza.), se podría visualizar cotidianamente el esfuerzo de organización, de stress y de horas de trabajo que aportamos a la sociedad. leer más>
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